parte de guerra, o cómo sobrevivir al buen tiempo

En Berlín hace frío, punto. Te acostumbras y te ves a ti mismo diciendo cosas tales como "qué bien! mañana va a hacer 10 grados, genial! qué buen tiempo!". La verdad que a mí me gusta pensar que me he acostumbrado al frío y que soy un super-alemán-típico-atérmico, jaja, frío a mí! Y la vida sigue, en Berlín da igual ocho que ochenta (me encanta esta expresión), que hace frío, no pasa nada, nosotros salimos de fiesta por la calle como si nada. Que está lloviendo o nevando, pues yo me voy a una terracita a tomarme una pizza o una cervecilla. Y es genial ver cómo la gente aquí no parece verse muy afectada por el tiempo. Todo es felicidad.

Pero este fin de semana todo esto cambió.
Llevamos unos días con temperaturas de 20 grados o más, con sol que calienta, con calor (pensaba que no podía pasar), con luz, mucha luz, no hay nubes, a veces corre el aire. Y todo explota. La gente se echa a la calle en masa. Si antes había una fila se mesas en las terrazas de la calle, ahora se ha doblado y casi no puedes pasar. Parece como si la gente supiera que estos momentos no se van a volver a repetir y los difrutan al máximo.
Un ejemplo de esto son las heladerías, antes no había ninguna y ahora hay una en cada esquina, han como florecido de repente. Y qué decir de las colas que se forman en la entrada y que salen a la calle. Todos comiendo helados!!


Y como no podía ser menos, un servidor ha aprovechado estos días tan veraniegos.

El jueves, tirarse en la terraza del café A (la cafetería de los estudiantes del edificio de arquitectura), antes de ir a la inauguración de la cafetería del edificio principal (Hauptgebäude para los amigos), que la había hecho mi profesora de proyectos y que nos invitaron a comida gratis....comida gratis!! Imaginaos, allí estábamos todos los erasmus, los españoles, por concretar, que de estas cosas nos enteramos a la primera.

El viernes, tirarse en los jardines del edificio principal. Elegir asignaturas y buscar créditos desesperadamente. Cine en el centro y disfrutar de una noche sin frío.

Sábado: por la tarde fui con Simone y con Alex a la playa del Yaam, que es como un trozo de río con arena de playa y un chiringuito. Primer día que tomaba el sol, si es que eso puedo hacerlo yo. Después se nos ocurrió hacer una merienda-cena que consistía en unos perritos calientes caseros, increíbles!! Después cena-cena en casa de Roser, primer calentamiento para la fiesta que se nos avecinaba. La fiesta en casa de Alicia comenzaba a las 10, pero como buenos españoles (esta fama nos persigue) pues llegamos allí a la 1 de la madrugada. Nos terminamos quedando Alex, Niklas y yo dormidos en los sofás para hacer tiempo para las fiestas que había por la mañana: open air party en Ostkreuz, concierto en Boxhagenerplatz u otra party en Mauerpark.

Domingo: ganó la primera opción y solo habiendo dormido cinco horas nos plantamos allí a la 1 de la tarde para no acabar a las 6 y media. Más de cinco horas sin parar de bailar en un descampado cerrado y lleno de gente. Todo esto bajo un sol de justicia.



Creo que me he quemado........... en Berlín.............. manda narices




(toma tostón, si habéis conseguido leerlo todo de principio a fin significa que os importo mucho más de lo que pensaba.... habrá recompensa)